martes, 23 de agosto de 2011

"Bahías" Reseña de Patricio Chaija

Reseña del amigo y escritor Patricio Chaija,
publicada en:
http://www.teladerayon.com/Default.aspx


Muchas gracias, Pato


"Bahías" es el primer volumen de cuentos de Emiliano Vuela. En él encontramos once textos de diferentes extensión y tono, pero todos aunados por la precisa y madura intervención del autor. Divida en cuatro partes, “Bahía Falsa”, “Bahía Verde”, “Bahía Blanca” y “Bahías”, la obra, conceptual, intenta encontrar el sentido de lo bahiense. No es un juego de palabras: una obra puede tratar de algo empírico y circunscripto a una localía y, al mismo tiempo, volverse completamente universal. Tal es el caso de las plurales lecturas que propicia el libro. Una ciudad es todas las ciudades. Y la Bahía Blanca que configura Vuela nos muestra el descontento y la violencia, el sexo, la transgresión, los mitos urbanos y los prejuicios. Como en Payró, el pago descripto en la colección de cuentos nos hace soñar con lo evocado, lo hace creíble, lo torna entrañable.

La escritura de Vuela es clásica y efectiva, y engañosa: lo aparente es algo oscuro detrás de lo afable. Nos relaja, como lectores, a un mundo confortable, sólo para darnos un mazazo y demostrarnos que nunca debíamos haber confiado en él.
En todos los cuentos los remates son efectivos. Hay una poética explícita en la conformación de los textos. Vuela no aburre. Sorprende gratamente. Le bastan unas pocas líneas para demostrar en escena sus dotes de narrador avezado, de prestidigitador. Cuando creemos reconocer el mecanismo que lo hace levitar, es sólo porque él nos lo permitió.
Es un buen narrador del fin de la infancia. “Picadito” sorprende por su contundencia, por pintar un tórrido verano en torno al potrero. El relato es equilibrado y sórdido, con sabias dosificaciones de la información que permiten seguir la acción. Nada es superficial: todo acontece por algo.
Los cuentos de Vuela son fácilmente aprehensibles, diáfanos como un día claro de julio. Pero, como un día claro de julio, esconden un frío helado que puede trastocar el orden. Entre la tersura y lo ríspido, los relatos se vuelven subyugantes, se enciman sobre el lector y no le permiten escapar. Hay narraciones de todo tipo: policiales, dramáticas, fantásticas, psicológicas. El costumbrismo se hace presente en todas ellas y ahí Vuela, de local, en su Bahía hipotética, toca temas comunes, con que la poesía de su prosa le permite salir airoso y confirmarlo como una de las nuevas voces narrativas a tener en cuenta.