lunes, 27 de julio de 2009

Fin de semana culturalmente activo


1 libro: "Los pasos perdidos" de Alejo Carpentier
1 link del libro: "El recurso del método" de A. Carpentier
1 pochoclera excelente: "Watchmen" de Zack Snyder
1 link pochoclero pedorro: "300" de Z. Snyder
1 pochoclera buena (zafa apenas): "Evan Almighty" de Tom Shadyac
1 pochoclera pedorrísima: "Race to witch mountain" de Andy Fickman
1 clásico clase B: "The Warriors" de Walter Hill
2 argentinas impecables: "Amorosa soledad" de Martín Carranza y Victoria Galardi
"Rodney" de Diego Rafecas
1 serie retro (vuelta a la infancia gratamente gratificante): "V Invasión extraterrestre" 1era temporada
1 link retro flojito (nunca segundas partes fueron buenas): "V Invasión extraterrestre" 2da temporada
1 serie retro que le pasa el trapo a todas las actuales de investigación: "Twin Peaks" de David Lynch, 1era y 2da temporada
1 europea excelente: "Una simple formalidad" de Giusseppe Tornatore, con Gerard Depardieu y Roman Polanski (la frutilla del postre)
1 link de la misma calidad: "Sleuth" de Joshep Mackiewicz, con Laurence Olivier y Michael Caine
1 link de una remake que no está a la altura: "Sleuth" de Kenneth Branagh, con Michael Caine y Jude Law
1 recital: Amy Winehouse en Londres
1 recital muy flojito y aburrido: Michael Jackson Dangerous Tour en TCM (veanlo completo, no me vengan con un tema y una coreografía, completo, las 2 horas, aburrido, repetitivo y cursi)
2 discos: "Cantora 1" y "Cantora 2" de Mercedes Sosa
1 elección obvia: dormir hasta tarde y aprovechar el tiempo libre

domingo, 19 de julio de 2009

Una de vampiros

(La están dando en los cines como "Criatura de la noche", título pedorro si los hay)

Cada tanto, cuando uno piensa que ya nada se puede hacer dentro del género, aparece alguien que le da una vuelta más a la tuerca y se manda un peliculón. El tema de los vampiros viene flojito. Las de "Blade" son divertidas pero ya no da para más. Coppola gastó al Drácula clásico y al cine yanqui en general solo le da para hacer variaciones cada vez más morbosas y sangrientas de "Martes 13".
La cuestión es que llegué a "Let the right one in" de casualidad. Buscando otro película ("Hamlet 2", una buena parodia políticamente incorrecta sobre las películas de profesores motivadores) me llamó la atención esta extraña película de vampiros noruegos.
Pero podía ser eso nada más: una de vampiros rara y listo. Sin embargo, el director, Tomas Alfredson, se anima a mechar la historia con una historia de pubertad impecable ¿Puede una historia de terror incluir los miedos de la pubertad? ¿Se puede hablar del despertar de la sexualidad, de la muerte, de las familias separadas, de la homosexualidad, del abuso mientras se hace una historia de chupasangres? Puede sonar a pastiche pero la verdad que se mandaron una película excelente y sumamente entretenida (atención: no esperen efectos especiales y sangre en exceso, lo que aparece está en su justa medida y el ritmo de la narración es tranquilo y necesario). Se consigue como "Dejame entrar" y vale la pena.
Datos de la peli
Link para bajarla
Trailer

sábado, 18 de julio de 2009

Ya vino y está en los kioskos del centro

La tapa bien de cerca y los regalos debajo


Número tres y contando...

Ya salió


Historias de la bahía que nadie se anima a contar... MONSTRUOSA!

martes, 14 de julio de 2009

Texto publicado en la agenda petitera y bolsillera de HD Ediciones


Al principio pareció una casualidad. Un juego más del azar entre otros. Un “mirá qué loco” buscando la complicidad del conocido cercano o la certeza débil de la cordura. Pero el hecho se siguió repitiendo a la semana siguiente. Primero fue el lunes a las 17:30. Luego, el martes entre las 8:30 y las 9:30. Finalmente, el jueves: primero a las 8:00 y después a las 16:00 (este último estaba en rojo importante). El viernes, pese al intenso trabajo, el escaso tiempo libre y los constantes llamados de atención, no pudo dejar de pensar. El sábado permaneció en su casa (feriado comercial), sentado, encerrado en el estudio, oteando el reloj de la pared, ajustando una y otra vez la fecha y la hora de la PC. A la noche miró un partido (gol de Verón de tiro libre) y se durmió temprano. No atendió ningún llamado. El teléfono sonó insistente hasta la medianoche. Durmió. Soñó con bosques de araucarias inmensas perdidas en brumas grisáceas, con suelos rojizos y barrosos, con mujeres de pechos blancos y pequeños, de pezones rosados acariciados por tules blancos flotando en habitaciones vacías. Soñó que caía desde acantilados eternos y se despertó temprano el domingo, el estómago revuelto, el cuarto en penumbras (persianas americanas filtrando la luz como en películas ídem), una erección inútil entre las sábanas y otra certeza (ya no débil): era la agenda.

Ese domingo se la pasó escribiendo. Con precisión y tensón de relojero suizo fraccionó su vida en renglones (un renglón = media hora, precio oferta, una ganga). Cada día se fue llenando, todos los horarios cubiertos al detalle. Se imaginó en el fragor de su tarea a empresarios canosos (aquellos yuppies de ayer) con intercomunicadores digitales de última generación consultando a secretarias de generaciones recientes, sonrientes y predispuestas a decirle qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo (eventualmente, se casarán con su jefe y seguirán haciendo lo mismo pero ahora con derecho a burla frente a sus amigas del yachting club). Estúpidos de billetera asesina galanes. Él tenía su agenda (su sueldo y, seamos sinceros, su trabajo no permitían mucho más) que no era poca cosa. Ahí estaba la clave, señores. Cada renglón fue cubriéndose ese domingo con lo inevitable, lo urgente, lo impostergable, lo importante, la quintaesencia de un tipo ocupado de maletín y agenda. Árboles que cubren bosques crecieron y florecieron en la agenda. Nada quedó afuera: citas, reuniones, cumpleaños, eventos, pagos, citaciones. Hasta los domingos se llenaron y rebalsaron de compromisos. Todo ese año se cubrió aquel domingo en que José comprendió el códice secreto de sus azarosos olvidos: lo que asentaba en su agenda desaparecía, pasaba fugaz y se volvía un recuerdo de papel y tinta. El secreto de la felicidad, se dijo.

Ese domingo, José se acostó temprano, se durmió otra vez aunque con una sonrisa algo estúpida en su autosuficiencia y a primera vista un poco exagerada (risa de foto en fiesta que no se quiere estar). José se durmió pensando en su súper-agenda mágica sin saber que lo que había descubierto era una negada conciencia colectiva: no anotamos lo que queremos recordar, anotamos aquello que con secreto deseo queremos olvidar.

Enlace a Hemisferio Derecho Ediciones

sábado, 11 de julio de 2009

Una buena de Van Damme


Recién termino de ver "JCVD" de Mabrouk El Mechri (director que es la primera vez que escucho y veo, pero que se nota que sabe del tema) y debo decir algo que nunca creí que podría decir: es una muy buena película de Jean Claude Van Damme. No lo niego, yo también tuve una preadolescencia marcada por películas como "Retroceder nunca, rendirse jamás" (en donde Van Damme era el malo que elongaba en la esquina del ring) o "Kikckboxing" (editada en vhs como "Kidboxing", aunque Van Damme ya estaba bastante cerca de los treinta años). E inclusive, tuve la esperanza de ver la gran película de Van Damme luego de películas realmente entretenidas como "Time Cop" o "Hard target" (dirigida por el maestro John Woo), y viendo a Schwarzenneger y Stallone cada vez más enganchados con su lado cómico (que nunca jamás tuvieron, ver sus "comedias" como ejemplo definitivo), contaba con el triunfo del belga, porque realmente era un tipo que me caía bien (recuerdo una entrevista en lo de Susana Giménez muy entretenida). Pero el tipo se colgó mal con el tema de las drogas y comenzó a hacer pelis a lo Steven Seagal: una detrás de otra, todas iguales, hechas en serie con héroes torturados por su pasado y con peleas eternas bajo la lluvia. Y desapareció o yo no le di más bola y me enganché con un cine más culturoso y dejé las pelis de acción y patadas para domingos grises aburridos, aunque ya no con Van Damme.
Así pasaron los años y la semana pasada me bajé esta joyita: "JCVD" (hagan click en el título y tienen un link para bajarla - hay que asociarse - ). No voy a contar mucho el argumento. Van Damme es él, no hace de ningún personaje. Es el actor de películas de acción, destruido por los años y los fracasos, tratando de encausar su carrera mientras Steven Segal le roba los protagónicos. Agobiado y agotado decide volver a su Bruselas natal para quedar implicado en el robo de un correo (imposible evitar recordar la excelente "Dog day afternoon" de Sidney Lumet, con el mejor Al Pacino y el impecable John Cazale - vean al ladrón de "JCVD" y diganme si no es Sal, la pareja del ladrón interpretado por Pacino - )y en una situación extrema que le da la oportunidad de soltar un monólogo autobiográfico solo frente a la cámara, que realmente hace pensar si el tipo no tendría que dejar de tirar patadas y animarse a papeles drámaticos posta.
En fin, el tipo se mandó un peliculón y aquellos que terminaron a las patadas con primos, amigos y vecinos luego de ver "El gran dragón blanco", no podrán evitar mirarla y que una pequeña y melancólica gota se derrame desde nuestro corazón todavía púber. ¡Ovación de pie para el tigre belga!